Enviado por Adrià a través de Google Reader:
vía jordi adell de Jordi Adell el 18/07/11
Esta semana han "caído en mis manos" varias lecturas interesantes sobre los libros de texto. El primero, gracias a un comentario de Mariona Granell (gràcies, Mariona) en este mismo blog, es un artículo de Anna López Hernández de 2007 titulado "Libros de texto y profesionalidad docente" y publicado en el número 6 de la revista "Avances en Supervisión Educativa". Un texto realmente interesate. Copio aquí el resumen:
Los enseñantes consideran las decisiones del texto como algo que no debe ser sometido a crítica, al contrario, encuentra en ellas seguridad y garantía de buen hacer profesional.También estoy leyendo, tranquilamente, algunos de los capítulos de las actas de la X Conferencia Internacional sobre Libros de Texto y Materiales Didácticos que recientemente tuvo lugar en Santiago de Compostela organizada por la IARTEM (Internacional Association for Research on Textbooks and Educational Media) y que Jesús Rodriguez ha tenido la amabilidad de compartir en la lista DIOE. Solo he empezado con el libros de actas, pero un par de capítulos me han llamdo la atención: la keynote de mi maestro y amigo Pepe Gimeno Sacristán, titulada Grandeza y miseria del libro de texto, que incluye alguna ilustración fantástica (la figura 8, por ejemplo, se titula "La pervivencia y solidez del modelo catequético de los libros de texto" y muestra tres fragmentos de libro: un catecismo de siglo XVI, un texto escolar de 1934 y otro de 1984).
Respecto a los contenidos se busca objetividad y concreción, por lo que los libros de texto son valorados como más positivos cuánto más se acercan a esta concepción técnica de la enseñanza que entiende el saber como algo acabado, objetivo y no sometido a revisión crítica. Al libro de texto se le pide, fundamentalmente que ayude a transmitir los contenidos.
Sin embargo, subordinar el desarrollo de la tarea docente al libro de texto constituye un elemento de desprofesionalización. Los profesores piensan que el texto debe adecuarse a los instrumentos de planificación de la enseñanza: proyecto curricular, programaciones, etc, pero posteriormente reconocen que, en la mayor parte de los casos, es el libro de texto el que rige la vida de la clase. El hecho de que el texto esté o no por encima del resto de elementos de planificación suscita numerosas contradicciones entre el profesorado, entre lo que debería ser y lo que realmente ocurre.
El profesor Gimeno termina su capítulo con una afirmación con la que no puedo estar más de acuerdo:
Los actuales libros de texto no son estas antigüedades que venimos comentando, han mejorado su presencia, su texto, ilustraciones… Y sobre todo ha aumentado la variedad de la oferta. Pero si juzgamos aquellos viejos textos en aquel contexto pasado y hacemos lo mismo con los libros de texto actuales, los problemas son muy semejantes. La paradoja de tener una única fuente de conocimiento en la denominada sociedad de la información es más llamativa que la que provoca la visión de las enciclopedias de aquellos viejos usos respecto de su contexto. Los materiales (libros…), interesantes, amenos de leer y susceptibles de ser adquiridos están al alcance en nuestras ciudades. El libro de texto que masivamente, homogéneamente distribuido, domina en los usos pedagógicos en la era del e-book es más obsoleto que un texto de hace un siglo respecto de las posibilidades de su tiempo.Finalmente, en el mismo libro de actas pero un poco más adelante (págs. 47-49) aparece el capítulo titulado El Sector del libro de texto en España: Análisis de la situación presente y perspectivas de futuro firmado por José Moyano. El Sr. José Moyano, según la lista de participantes, pertenece a ANELE, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza. Y su perspectiva sobre los libros de texto y las TIC es sumamente interesante. Como son solo dos páginas, mejor que el lector las lea. Solo citaré un par de párrafos para animarle:
Las TIC han introducido un debate en torno al modo de difusión del conocimiento en las aulas y vienen "pisando fuerte", reclamando su papel en la enseñanza española del siglo XXI. En la actualidad, asistimos a un momento en el que muchos detractores tradicionales del libro de texto se aferran a las nuevas tecnologías para anunciar la muerte prematura de esta herramienta (y de paso, asociarlo a aspectos como el triunfo de la libertad metodológica y hasta curricular del profesor).
… las editoriales españolas deben tener un papel protagonista en la generación de contenidos educativos digitales adaptados a las nuevas tecnologías, liderando la oferta de este tipo de materiales en castellano a nivel mundial. Porque las TIC en el aula no dejan de ser un conjunto de dispositivos de hardware vacíos de contenido y un acceso al torrente de información de todo tipo que supone internet. Pero se echa en falta en la actualidad contenidos especialmente adaptados al contexto escolar de nuestro país. Y la demanda es palpable, como lo demuestra el hecho de que, ante la pasividad de la propia industria editorial, sean varios los agentes que se han lanzado en los últimos años a crear materiales educativos digitales:Y en el párrafo final, de conclusiones se afirma:
Ante esta situación, la industria editorial no puede quedarse de manos cruzadas o mirar para otro lado esperando a que la revolución digital desaparezca por sí sola. A día de hoy, y salvo algunas excepciones, la calidad de estos materiales creados al margen de la industria editorial es escasa. Los motivos son variados (falta de dedicación exclusiva y de medios del sector docente más implicado, falta de conocimiento del mercado en el sector del hardware, etc.), pero el panorama puede cambiar drásticamente en los próximos años:
- Profesores, bien mediante iniciativas individuales o agrupados en centros educativos, etc.
- Pedagogos preocupados por las nuevas tecnologías.
- Empresas de software genérico, como Microsoft.
- Empresas de hardware (pizarras digitales, tablet PCs, etc.). Incluso organismos públicos como el propio Ministerio de Educación.
- Existe el riesgo de que las empresas que venden pizarras digitales o tablet PCs, opten por crear departamentos propios de generación de software educativo adaptado a sus dispositivos.
- O de que algún sector especialmente activo del profesorado o de los pedagogos opte por aventurarse a nivel empresarial, buscando el apoyo de alguna empresa de dispositivos TIC (o viceversa).
- Puede suceder que se decida simplemente traducir material generado en países ajenos al nuestro, con una escasa adaptación a las peculiaridades e idiosincrasia españolas.
Con todo, es necesario llevar a cabo más investigaciones específicas que analicen experiencias reales sobre el papel directo de la implicación de las TIC en nuestras aulas, atendiendo a un análisis riguroso de su efecto en el proceso educativo, la atención, motivación, participación e interés del alumnado y, asimismo, su repercusión en el rendimiento académico. Analizar la priorización del gasto en educación de las Administraciones en función de criterios estrictamente pedagógicos. Además, es necesario explorar los potenciales riesgos para la salud que la introducción de las TIC pueda suponer para los escolares, con el objetivo de adaptar las TIC al aula y a los escolares (y no al revés).Resumiendo: que para la ANELE las TIC son poco menos que el demonio, pero que hay que usarlas porque si no culquiera les va a segar la hierba de debajo de los pies. Buen análisis.
Un congreso muy interesante, ¿verdad?
Espero que el Sr. Moyano asistiera a la conferencia del Prof. Gimeno Sacristán.
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