domingo, 19 de julio de 2009

Competencia digital y currículo II: Ya no creo en la brecha digital

 
 

Enviado por Adrià a través de Google Reader:

 
 

vía La brújula de kompass el 12/07/09

La brecha digital es por tanto, en realidad la expresión de una fractura doble, una brecha social y una brecha de actitud. Es decir, el síntoma de un ineludible cambio de sociedad. Un cambio que la escuela puede favorecer o frustrar, como cualquier otro aprendizaje.

Pues no, ya no creo en el a brecha digital. Bueno, voy a ser más clara: la brecha digital existe en la escuela. Lo que existe ahí fuera es simplemente la brecha de siempre: la brecha social, económica y cultural. La brecha de que no haya igualdad real de oportunidades. Una brecha en la que la actual crisis económica está ampliando las diferencias.
Y en ese contexto la brecha digital no es más que otra muestra del cambio de soporte cultural y social. Los mismos que no consiguen trabajo, ni mucho menos trabajos estables, los que no pueden con la hipoteca, los que no llegan a fin de mes, no tienen una formación que les permita entender las noticias de la tele o los periódicos... son los mismos   que usan internet para descargar pelis, los que no saben hacer otro uso de internet que el del entretemimiento, o los que tienen que prescindir del gasto del adls.
Y sin embargo, pese a la crisis  ahí fuera lo que existe es una innegable expansión del uso de las TICs, que se han vuelto universales. Y lo vemos en la vida diaria ¿Cuántas enciclopedias en papel se siguen imprimiendo? ¿Quién recibe cartas en sobre si no son facturas o avisos con acuse de recibo? ¿Cuántos ven las pelis en el ordenador, antes que en el cine?... Conozco familias que prescinden de otras cosas antes que quitar a los niños su conexión a internet o limitarles el uso del móvil.

La cuestión sería más bien otra:  ¿Por qué existe la brecha digital principalmente en la escuela?
Pues porque como indica J. Adell los cambios tecnológicos no llevan el mismo ritmo que los cambios educativos, lo que por otra parte no tiene nada de extraño. La escuela ha querido siempre trasmitir valores permanentes, adquisiciones para siempre, y es aprender a aprender lo que en este caso nos debe importar: no el mero aprendizaje de una tecnología específica.
  • Porque la alfabetización digital requiere de una alfabetización de los profesores.

  • Porque los medios tecnológicos no suponen un cambio metodológico ni un cambio en el enfoque de educativo.

  • Porque en las propias administraciones educativas existe una enorme brecha digital, más diría yo un conflicto entre la jerarquía piramidal y la red que es multidireccional. Un coflicto de mentalidad. 

La brecha digital es por tanto, en realidad la expresión de una fractura doble, una brecha social y una brecha de actitud. Es decir, el síntoma de un ineludible cambio de sociedad. Un cambio que la escuela puede favorecer o frustrar, como cualquier otro aprendizaje.

 
 

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